La presente contempla el asunto en dos etapas sucesivas. En la primera nuestra atención recala en el aspecto subjetivo buscando evitar tanto la excesiva confianza como el complejo de inferioridad. El tiempo necesario para freir un huevo no es el que a nosotros nos basta sino el que a cualquiera situado en la tesitura de freir un huevo le haría falta. En la segunda etapa se apela a la garantía del principio más vale que sobre que no que falte. Los estropicios suelen venir rápido y nadie está libre de pecado. Como dice Murphy, si algo puede fallar fallará. Corolario: si algo puede retrasarse, vendrá con retraso. Cierto es que la cobertura de sendas etapas no garantiza la solución del problema pero no es menos verdad que la omisión de ambas incrementa innecesariamente las posibilidades de fallo